¿Cómo ser un buen tutor y no morir en el intento?
En busca del tutor perfecto
Esta semana hemos discutido qué cualidades debería tener un tutor ideal. Como profesionales docentes vamos a tener a nuestro cargo a un grupo de alumnos variopinto y va a ser nuestra misión guiarlos en función de sus necesidades.
Se trata de una tarea para la que la mayoría de personas no se sienten preparadas y algunas afirman con rotundidad que no quieren ser tutores. Probablemente este último caso se trate de personas que han tenido malas experiencias previas, dado que, muy frecuentemente, se suele adjudicar los grupos más conflictivos a los profesores nuevos, sin experiencia para combatir contra ellos.
Tras esta pequeña introducción, ¿Qué cualidades creéis que debería tener el tutor ideal?
Pues bien, personalmente creo que el tutor ideal debe de ser paciente, comunicativo, saber escuchar y motivar, accesible, asertivo, apasionado, empático, sabio, atento y un pelín estricto.
Creo que debe saber identificar qué es lo que está pasando en su grupo y saber mediar y resolver conflictos, para ello es necesario que a parte de justo sea un poco estricto, dado que sino puede llegar a perder el control de la clase.
Además, considero que para poder tutorizar bien, hacen falta conocimientos, de ahí el punto de ser sabio. Sin embargo, la sabiduría puede ser contraproducente si no sabes ilusionar, motivar, atraer...,es decir, si no sabes cómo comunicarte bien.
Continuando con más características me gustaría destacar la de pigmaliónico, propuesta por otro grupo. Me parece bastante acertada, dado que nuestras expectativas van a tener un gran efecto sobre los alumnos, de ahí que debamos de ser un pelín exigentes y estrictos con ellos.
¿Añadiríais alguna característica más? ¿Os sentís preparados para ser tutores?
Hasta la próxima entrada.
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